jueves, 29 de julio de 2010

Esquizoide


Obscura penetrante perfida, así te conocí, asi me enamoré de ti..
Inconstante es tu segundo nombre, pero es tu mente bipolar la que atrapa envuelve despedaza..

En la absoluta desidia, a nada me aferraba ya. Sólo sentia el golpeteo tililante de la razón extinguiéndose, mientras el mutismo se apoderaba lentamente de mi cerebro.

Un cuaderno viejo, tu letra impresa por todos lados, la tinta verde con manchas me gritaba inconstante su deseo de ser leída:

Han vuelto. Las escucho.
Voces acopladas, gritando al unisono, rechazando la oportunidad de desquiciarme en su manera particular.
Serían cuarenta talvez? o el aturdimiento hizo que discriminadamente aumentara su número por encima de la realidad.

En un rincón obscuro de la mente, cada sonido, cada blasfemia arrastraba un rostro, personas nunca vistas que atormentaban los días. No debo olvidar anotarlo.

Lujuria, desolación, un grito suicidia bastante creativo y... una mirada púrpura que no esquivaba mi curiosidad.


Harás lo que te diga, decía una sombra de pestañas, vibrantes hojales de malicia, se evaporaban sus ordenes a mi alrededor, besando suavemente los sentidos, perdí mi diserminiento, catastróficamente le di mi voluntad. De nuevo....

Me detengo. Oigo tus pasos. Se siente la sombra perpetua de tu risa...

domingo, 4 de julio de 2010

Gentío


Era tal vez la mezcla de sol fundiéndose de alegría o la música acompasada con gritos y risas, pero en la cuidad, se respiraba festejos y delirio.

Perdida estaba ella, aturdida entre la muchedumbre que hostiga. Se detuvo, cuando de repente, voltea, él retrocede.

Y el gentío viene, la lanza precipitante hacia sus brazos, arrastrados con impaciencia a formar un solo cuerpo, guiados tan sólo por el vaivén que los empuja, dejándolos risueños embriagados felices.

Llevados por el gentío que se lanza, se juntan aferrantes sus manos, sus cuerpos al aire se envuelven, es la alegría de sus sonrisas, lo que me atraviesa e irradia lo más profundo de mi ser.
De repende, ella eleva un grito desesperado, es el gentío que viene a arrancarlo de sus brazos
Llevados por el gentío que arrastra, se alejan el uno del otro.

Ella lucha y se debate. Pero el sonido de la amada voz se pierde entre las risas. Ella grita de dolor, furia y cólera.

Maldiciones e injurias escuche ese día de sus labios, fue el gentío que le ha robado al hombre al que se había entregado y jamás volvió a encontrar.