miércoles, 25 de agosto de 2010

Intitulada


Sentada el borde del sillón, viajo suspiro creo, sin motivo, distante y fría como siempre; Y si la inspiración me ha dado la espalda, ignorando mi necesidad de escribir, yo no haré caso de su voz, e imaginaré de nuevo los tejados amarillos enlutados de sombras que creaste para mi.

Y si acaso pudiera, deshacerme del hechizo penetrante, de la infamia absoluta??

Tal vez ese día, cuando el aire trémulo gobierne, lentamente convertida en gota fría que esquiva la sospecha, veré las risas -atardeceres añejos que doblegan voluntades- alejándose con mi pensamiento cada día más tuyo.

Y si la luz susurrara inquieta penetrante absurda, invadiendo el aire con cada suspiro salido de tu boca?

Quizá, te diera la bienvenida al final, al ocaso de tus invisibles brazos, en la ausencia profusa de tu nombre, cuando todo huela a ti, y el sabor de mar calcine mis labios. O pasaré la hoja, sin ver las manchas de tinta azul, corazones deformados y rotas accidentadas promesas.

Y si solo una sonrisa tuya me devuelve la vida, cuando tu susurro se oculta detrás del acompasado latir que busca el mío?

Me cubriré tras el sol. Como si aún no fuera suficiente. Todavía la distancia rehúsa combatirte por completo, visitante nocturno. No hay nada que decir, el silencio es abrumadoramente sólido.

La obscuridad de mi cabeza, de nuevo te llevará lejos de mi. Ignorando el destino, llevando la lunar arena de un soplo, material de tu creación, impalpable amado mío....