viernes, 17 de junio de 2011

Huida

Te he visto, luz inquieta que arranca mis suspiros, con la quietud que alcanza tu mirada incomprensible

Eres aire vespertino de verano.

En tu risa, existe un dulce aroma que corta con lo mundano, o es tal vez tu sola presencia la que mancharía el rincón de realidad en el que habito.

No. Miento. hoy quiero darte a beber mi locura, escondida bajo el disfraz de la cautela, y de una vez por todas devolverte tu sabor adormecido en mi boca.

Tan solo por ahora, quiero perderme en el verde silencioso de las palabras no dichas, de las frases inventadas tan sólo para gritarse con la piel.

Este día, quiero volverme en agua, convirtiéndote en copa.

Te llevaré lejos, muy lejos, en el limite de los sueños y la realidad, y me dirás de nuevo que estoy loca, cuando en la tarde ausente, se pierda la ciudad con tu pasado encerrada.

Vamos, ven conmigo, a sentarnos en la mariposa carmín, en el fin incierto de tus hombros azules.

Tan sólo ven conmigo, y no te arrepientas de nada.