sábado, 8 de mayo de 2010

Algo para ti


Tu dolor en mi oído, mientras el mío se desliza por tu brazo, líquido y frío.

Y pese a todo, no hay lugar donde me sienta más a salvo. Sigo cabiendo perfectamente en ese cálido sitio rodeada de ti.

Reconozco tu aliento, golpea mi cara con cada palabra, con cada silencio. Se detiene en mis labios, pero ahora, ya no hace que busque con desespero los tuyos.

Me estas rompiendo, pero en consolarte se vuelve mi atención.

Interesante se vuelve, yo, convertida en tu victimaria, despúes de querer ahorrarte todo tipo de tristeza, luchando para que por tu mirada cristalina no pase la sombra de la duda.
Qué tan egoísta puedo ser?? Intento mantenerte a mi lado, evitando que la felicidad te posea y se haga tuya.

Y tú, a cambio, me arrancarás de tu vida, con dolor desapareceré de tu mente, pronunciarán mi nombre y ya no habrá el brillo eclipsante que tanto amé.

Otra será la poseedora tu amor, pronto he de verte de otra mano, embebido en otros labios, porque esa noche te envié al mundo, alejándome para que ella te encuentre. Ahí en un inhóspito lugar, desconocido por ahora, hay alguien que te espera, han sido creados para estar juntos.

En cambio, yo, he de dormir en el regazo de la melancolía, el dulce orgullo de sufrir.

1 comentario:

Carlos dijo...

La tranquilidad de la cercanía, contrastada con el abrupto desencuentro, provocando correntosas emociones, ta chévere wambra, sigue así.